Guillermo Sánchez

Arido, seco, podrido como el desierto...

Como un gran barco
que se hundió en alta mar, 
en lo profundo del 
olvido fuiste a dar.

Como un meteorito chocaste y 
fosilizaste mis sueños.

Dejaste árida mi tierra,
soy desierto del cual
no se desprende manantial.

No puedo saciar la sed
de ningún peregrino que
quiera beber esperanza.

Solo es una podrida añoranza
de los retazos de mi amor...