Doy gracias a Dios
por ser mi propia versión
de mi misma
y no como en mucha ocasión
de personas que sólo son
lo que otros designan.
Doy gracias a Dios
porque a pesar de mi edad
me dan 15 años,
por reír mucho,
porque amo jugar
sin mediar en extraños.
Porque no me maquillo
todos los días
y soy alegre,
o por decir
lo que yo pienso
aunque me cueste.
Porque no busco
la última moda
ni soy altiva,
porque no uso
lo que incomoda
y soy tranquila.
Pareciera que a veces
crecer sólo implica
ser más amargado,
ser orgulloso,
pensar sandeces
o quedarse callado.
Que uno cuide
cada detalle
de cuerpo entero,
en vez de ser
libre y feliz
como yo quiero.
Parece que a veces
la gente espera
que seas malo,
superficial,
serio y formal
o rutinario.
Pero al crecer
aunque esté bien
formar presencia,
no hay que perder
cierta ingenuidad
y propia esencia.
Crece feliz!
sé aprendiz
de tus errores,
que no te apaguen,
que no te corran,
regala flores.
Sonríe mucho!
no te persigas
y sé paciente,
que para arpías
ya hay bastantes
en el ambiente.
Sé como un niño
y demostremos
a los de hoy
que aunque se crezca
yo tengo sueños,
soy lo que soy!
Y canta, ríe, salta,
dí muchas gracias
también perdón,
que nadie muere
por disculparse
por un error.
Y no importa
si tienes 15,
si tienes 30 o tienes 100!
vive la vida,
ámame mucho,
desea el bien!
Yo quiero crecer,
no temo ser grande,
volverme adulto,
pero prometo seré
la diferencia
entre los muchos.