La mar enamorada
se ha puesto un vestido
de seda verde esmeralda
de puntillas inmaculadas,
y volantes de olas ágatas…
¡Ay, mar enamorada!
Y la noche se ha colocado
con una gran delicadeza
un brillante broche dorado,
unos abalorios de plata
y vestido de cola larga…
¡Ay, noche enamorada!
Mientras, un poeta en la orilla
sueña ingrávido con un amor,
pasión enardecida,
sangre de sus entrañas
y corazón de sus palabras…
¡Ay, alma enamorada!
¡La mar, la noche, este poeta!
Tan distantes entre ellos
y tan unidos en un sueño
en esta misma Tierra.