hay una sonrisa que me convence
que se despliega entre tus manos
y se esconde en las caricias
cuando sostengo tu boca en mi frente
hay una sonrisa y no es ajena
que vislumbra el corredor sumiso
a la vejez del viento entre mis venas
que de ser cierta me estremece.
hay una pupila recóndita en mi mente
que aguarda de nuevo, verte sonreír.