Octubre
Es la hora de la siembra de los verdes caballos,
uncidos al tronco milagroso de octubre
Se rompen cristales sumergidos
negras aves, invaden los altares del tiempo.
Roto el silencio
la vida se cuela por cerrados postigos.
Cae un blanco capullo
en tu mano dormida
y los besos se escapan
tibios como palomas
el mar se quiebra en azules y oros
el viento se desliza en las redondas lunas,
la lluvia llora su ternura en las frondas
el ciclo de la vida se desarrolla lento
Todo vuelve ...
¿Y el hombre...?
solo, fugitivo de sombras
vuelve a andar su destino.
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