"Dios mio,
yo te ofrezco mi dolor.
¡Es todo lo que puedo
ya ofrecerte!
Tu me diste un amor,
un solo amor,
¡un gran amor!
Me lo robó la muerte,
... y no me queda nada mas
que mi dolor.
Acéptalo, Señor:
¡Es todo lo que puedo
ya ofrecerte!
A. Nervo