Un minuto para mí son sesenta maneras de
pensar en ti, no sólo son sesenta segundos
en los que respiro sin ti. Vivo encerrada en la
esfera de una lágrima, se empaña mí
mirada al pensar en lo que me deparará el
mañana, sin ti.
La lluvia, a la que supera mi
llanto, la felicidad es una quimera y descifrarla
me cuesta tanto si no es a tu lado. Las penas me
preparan mi aposento en donde no existe el aire
ni los árboles son azotados por el viento.
Busco y no te encuentro, perdí el mapa que
había en mi corazón, no sé
cuáles son tus coordenadas, por eso hoy te invento.
Es un tormento el llevarte dentro y no tenerte
condenada a quererte en tu ausencia hasta
el día de mi muerte.
Mis sentimientos no tienen precio, el desengaño
me hizo ser una necia.
Entre tú y yo se levantó un
muro del silencio, hoy somos dos desconocidos con
un pálpito que late en el olvido.
Sonrío, a pesar de ser una gota de lluvia
que se perdió en un río.
Salto al vacío, no puedes ver mi reflejo,
ya que soy un roto espejo.
Los años no pasan por mí
el dolor me hace más vieja.
Tu imagen desgarró mi pecho el día en
que te fuiste lejos. Momentos mágicos se
escaparon del tic-tac de este reloj.
Sueño con una despedida, ya que te marchaste sin decir
adiós; sin decirme “amor vuelvo pronto
ten paciencia sigo queriéndote a pesar de que
nos separa mi tonto error” Tus caricias son las
sustancias que le faltan a este cuerpo.
Hoy se desata mi tristeza con las notas de este piano en
el que me envuelvo y me hacen ser vulnerable
mis cicatrices son días grises que en mí
se vuelven palpables.
Se apagó el fuego de esta mirada sin
dejar cenizas. El amor siempre se va y cuando
entra no te avisa. Intento andar sobre estas
arenas movedizas, bajo el fondo de una noche donde
aprendí a amarte sin prisa.
Perdí el olor de tu risa, harta de andar fingiendo una sonrisa
harta de vagar sin verte pasar por mi portal
harta de soñar en ti y no poderte tocar.
Eres el antídoto de mi presente envenenado
una ilusión, un espejismo que se me escapa de las manos.
Aún cerrando mis manos te evaporas
sin dejar señal, llevándote
mis horas y mi vida se parte al suspirar.
Todo será diferente mañana, otro rayo
de sol entrará por mi ventana y quizás
me levantaré sin ganas de pensar en una
esperanza que no vendrá, en una
ilusión que jamás se va a realizar.
Respiro en un tiempo, sin un antes ni un después
siempre estarás en mi amor
no importa donde estés.
Cae la lluvia y sólo quiero besar tus pasos.
Te tendré en mi corazón hasta que pueda
tenerte entre mis brazos.