Fue el despertar de un dos de noviembre
en que mi cuerpo endurecido no fue el de siempre
mis musculos yacían sin obedecer a mi mente
que deseperada buscaba las palabras exactas
que diera la luz a mi cuerpo inerte.
Gritaba con fuerza, con todas mis ansias
pero solo escuchaba murmullos a la distancia
ecos sin motivos, desconocian mi alma
que sentía y respiraba desconectada de un mundo
lleno de angustia y desesperanza.
Pensé en un momento,acaso este es mi final,
de este forma partiré rumbo al más allá
estarán los angeles ocultós para llevarme
en mi caminar por ese tunel oscuro
de incertidumbre y cullpabilidad.
Mis dudas y temores de como deberé actuar
ante el tribunal divino del Padre Celestial
oré con todas mis fuerza sin poder gritar
Oh, Padre Bueno que no sea este mi partida
que ni adios les dije a quienes mas debía amar
juicios eternos marcados de pruebas e indiferencia
de como actué en el mundo, con mil máscaras
de egosísmo y dureza.
Un murmullo lejano ya puedo escuchar
a mi pequeño hijo que insiste en hablar
Papito ya es hora, debes ir a trabajar
con el alma casi ahogada en sentimiento
de amor y paz, le abrazo con fuerza
y doy gracias a Dios, por este nuevo
dia que no olvidaré jamás.