Noche, fría silencio de alma que duele a la distancia,
falla de sincronización, ausencia de la tecnología,
solo queda dolor en el alma, cuando no encontré nada,
me hace falta sentir tu aliento, oler tu esencia, perdida;
más no desfallece la calma extrema, con ilusión renacida,
de encontrar los lienzos escritos, con letras púrpuras, vida,
de los tatuajes invisibles, que tejen los sentimientos dado;
hoy solo vislumbro la esperanza de ver la luz que emana,
del espíritu de mi amada, que guía el traslado al encuentro,
de volver a sentir el canto divino, que me llega de tu ser,
extraño con vehemencia, el roce de tu piel, a la entrega,
mientras las yemas de los dedos recorren tus piélagos,
tacto de tu aterciopelada epidermis, cuan durazno tierno,
añoro estar juntó tu presencia enamorada, de dulce entrega.