“La lluvia marchita… mis lágrimas muertas en tus ojos…”
Dicta a mis manos cada palabra tachada… en una caricia fría… pues estoy sordo, y cuando se disuelva la noche… habla con mis labios… porque ya no te escucho…
Aquellos pétalos… cansados de dormir entre susurros… del silencio sin labios, llamándote sin aliento… entre cada segundo aletargado, hasta que mi llanto regrese a las nubes…
… así delineado tus ojos de transparente… te has quedado dormida, entonces el viento se desvaneció… robando todas tus lágrimas secas…
Acaríciame desde lejos… arrancándome como una lágrima marchita, marchitada hasta morir colgando de tus labios, cayendo efímeramente… para besar tus pies enraizados…
… más otra vez desperté… pero por última vez iré tarde a mi sepelio…
Anhelando vanamente… ser arropado de tu tacto, aunque me desvistas con tus manos de tierra… hasta soltarme hecho huesos, para verte llorar… dejándome un mar en los ojos…