Preguntas por preguntar,
imaginando respuestas,
piensas mil frases supuestas,
sales y vuelves a entrar.
Antes no te pude dar
tan feliz contestación.
Entiende mi confusión,
tal vez otro amor rondaba
y el recuerdo, no dejaba
que se abriera el corazón.
Hoy te trajo la mañana
con mil preguntas cimeras,
envolviendo primaveras
en cofres de porcelana.
Tu solicitud temprana
era un hermoso reclamo.
Ante tu insistencia, exclamo:
-¡Hay una respuesta! ¡Sólo, una!...
Dile esta noche, a la luna,
que con demencia te amo.