Hay poetas zapateros
que lustran ciertas palabras,
algunas como las cabras,
no se dejan, son aceros.
Poetas
dan brillo,
cepillan
las vetas.
Poetas
sensibles,
flexibles,
con metas.
Poetas
mundanos,
hermanos,
profetas.
Las palabras tienen vidas,
se las dieron los poetas,
dejaron de ser ascetas
para luego ser leídas.