"A fuerza de no verte,/ de tantos versos dedicarte,/ antes sólo sabía quererte,/ ahora aprendí a extrañarte".
Me huele como huele cuando no te veo,
Me huele como huele cuando el deseo
Ya no encuentra dónde posarse…
Me huele a flores ya marchitas,
Que de adornarte y ser bonitas
No pueden volver a jactarse.
Me huele a canción que ya no suena,
A corazón que se resiente de su pena
Porque a ratos sólo late por latir…
Huele a historia aún no concluida,
A vida que no ha sido vivida,
A poema que no he terminado de escribir.
Me rodean los olores de tu piel
Y hasta el olor divino de la miel
Que dejaste en mí con cada beso.
Me huele mucho a ausencia,
Te lo dice alguien con experiencia
Que sabe muchísimo de eso.
Huele al aliento de mi voz que te nombra,
Al color muy intenso de una alfombra
Que no has de pisar otra vez…
En esta soledad estoy como un preso
Esperando el debido proceso,
Pero no hay juicio, no hay juez…
Sólo hay preguntas flotando en el ambiente,
Recuerdos que hierven en mi mente
Y una ansiedad que hierve en mi pecho.
Que huele al aroma difícil de resistir,
A la esencia de alguien que me hizo sentir
Como nunca nadie lo ha hecho.
Me huele mucho a soledad,
A cosas de las que en verdad
Creí algún día ser dueño.
A lágrimas y no saber si lloras,
A nostalgia de quien se pasaba horas
Dibujándote en su sueño.
Cierro mis ojos y te siento
Y le voy pidiendo al viento
Todo lo que se lleva de ti.
Que pase por tu casa un día
Y me diga si es que todavía
Te acuerdas un poco de mí.
Hago un pacto con el destino,
Por si de nuevo en mi camino
Vuelves a aparecer de pronto.
Que no te deje nunca saber
Que estuve extrañando tu querer,
Detrás de tus olores como un tonto.