Compañera tristeza, compañera;
súbitamente llegas y me acompañas
como la sombra, como mi pena
que con silente silencio me empaña.
Moras en mi interior, compañera,
como el néctar en las flores,
como el fruto en ciertos seres,
como el hueco en mis ojeras.
Compañera tristeza, sigues mi sendero
esculpiendo la figura de mi ser
como la sonrisa en los labios
como el sentir en mis anhelos.
No me dejes, compañera de ojos tristes,
mientras mi corazón llore por dentro,
mientras ella no rompa su silencio
y se abra a la luz tras noches de eclipse.
Yo sé que eres ave migratoria,
que un día, cansada de acompañarme,
igual que viniste, en silencio volarás
compañera tristeza, compañera.
23 de agosto de 2009
Pau Fleta