Diaz Valero Alejandro José

Gramática o poesía (Cuento)

 

En una intrincada selva de letras, palabras, y de frases, discutían muy acaloradamente la gramática y la poesía. Ambas defendían a capa y espada que la forma utilizada por cada una de ellas, era no sólo la más precisa, sino también la más adecuada.


-¿Cómo podemos aclarar esta situación, de una vez por todas?? – preguntaba muy segura la famosa gramática.
-Haciendo una demostración ante un jurado multidisciplinario e imparcial – contestó la tímida poesía.

Entonces decidieron colocar como moderador al libro, como jueces a los lápices, hojas de papel, y a un desgastado y descolorido borrador.


El libro tomo la palabra: “Señores, como es bien sabido por ustedes, en esta tarde queremos dilucidar, quién, entre la gramática y la poesía, pueden expresar con mayor claridad, cada evento, cada hecho, cada situación “

Todos los asistentes estaban ansiosos de ver la contienda y lógicamente, también de conocer el desenlace.

Sin más preámbulos para no hacer más angustiosa la espera, el libro hizo las siguientes acotaciones:

-Una misma situación debe ser abordada por cada uno
-No deben descalificar a su contrincante
-Deben asumir la derrota con naturalidad, sin comentarios.

Así, con todas las reglas del juego, bien definidas, se dio comienzo a la confrontación...

¿Ese cedro reseco por el verano, como podemos describirlo? Fue la primera pregunta lanzada.

La gramática respondió serenamente: “árbol conífero con evidente muestras del estío”


La poesía respondió con detenimiento: “ Inmenso esqueleto vegetal que ofrece al viento, los rastros sin clorofila de su ramaje sediento”

Las apuestas estaban divididas, había seguidores de uno y otro bando, quienes fueron interrumpidos por la segunda pregunta, veloz y certera:

¿Esa mariposa que pasó volando, puede ser definida de alguna manera?

La gramática contestó sin inmutarse: “Insecto lepidóptero desplazándose en el aire”

 
La poesía respondió sonriente: “Vuelo triunfal de gusano curioso, que en el proceso de metamorfosis salió airoso”

La situación seguía tensa, todos se miraban contrariados unos a otros, no había una clara tendencia que favoreciera a ninguno de los dos contendores.

El libro, firme y decidido anunció la última pregunta que pudiera definir el posible ganador, y lanzó la siguiente sentencia: “¿Puede usted dar una definición de su oponente?”

La gramática contestó con aires de triunfadora: “Género literario definido imprecisamente por su intención de crear belleza”


La poesía respondió muy segura de sí misma: “Ciencia que estudia la morfología, que es incompatible con la vida mía.”

Después de ésta respuesta, todo se volvió confusión, se entremezclaron, voces, gritos, risas, llantos, y entre tanta confusión, después de tanto tiempo y a pesar de los avances tecnológicos jamás se supo el ganador quién fue.

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