Dicen que hay miradas que matan
Y eso yo no lo sabía, que un desprecio
Tan fuerte como una mirada fría
Duele como mil puñaladas en el
Medio de la vida.
Yo no entendía el porqué, ella tanto
Me odiaba si tan solo me explicara
Que de malo le había hecho
para que así se solucionara este
maldito despecho
He pensado fríamente que pasara por su mente
No creo que sean celos, ella nunca lo ha manifestado
Tal vez será lo del viernes, lo de la Angélica María
El besar a esa niña no tiene por qué hacerlo
Si era la primera vez que lo hacíamos
y ahí se termino el cuento.
Lo del mes pasado no lo creo,
ya lo habíamos conversado
Que no llegue a la cita de nuestro aniversario
Que ya me había comprometido
Y que era mi deber sagrado
A ir a esa maldita fiesta donde todas ellas fueron
sin los descuidados maridos,
el ir a dejarlas a sus casas eso hacen los caballeros
Y eso debiera agradecerlo y no tener tantos celos.
Es increíble cómo son, estas mujeres celosas
Mientras más les dan atención,
menos agradecen las prejuiciosas,
hombre como yo, esos ya no existen
Debieran sentirse orgullosas,
que siempre las respetaran,
Como en un jardín a una rosa.