Caminando voy
Por un desierto sin fin
Y ya tan lejos estoy
De tus labios carmín.
En mis sueños aún estás,
Siendo lo que nunca serás,
Mirándome como nunca lo harás,
Sometiéndome a este amor fugaz.
Odio despertar cada mañana,
Odio tu ausencia provocadora de una interminable soledad
Que se alarga a través de mi vida mundana
Llena de hipocresía y vacía de real felicidad.
Quisiera volver a tenerte entre mis brazos
Y mirar tus eternos ojos mansos
Que provocan las más hermosas alucinaciones
Y que inspiran hasta a los más marchitos corazones
A escribir los más bellos poemas y canciones.
Aunque de mi boca estás palabras no han de salir,
Con la mirada siempre te he de decir
Que mi espíritu siempre te será fiel seguidor
Pues tú le enseñaste lo que es el dolor,
Eterno compañero inseparable del amor.
Hoy nuestro destino es estar separados,
Ya no caminaremos de la mano tomados
Pero de algo seguro estoy
Y es que contigo siempre voy,
Lo negarás cada que puedas
Pero ambos sabemos que, como yo a ti,
aún me recuerdas…
JCEM