Llegaste un día...
Y cada hermoso detalle me enseño a amarte
Nos fuimos envolviendo en una maraña de sueños y anhelos.
Con tu ternura haces que sucedan cosas maravillosas...
Florecen las rosas, renacen las azucenas.
Cuando cierro mis ojos...
Tu hermosura se transforma en sueño...
Abrazo mi almohada e imagino tu cuerpo.
Mis labios ansiosos, beben de tus deseos...
Quedamos envueltos en un maravilloso silencio.
Me sumerjo en aguas de sensaciones nuevas...
Profunda y acompasadamente...
Como en notas de melodía se siente...
Cada caricia de tus labios ardientes...
Siento tu fricción en mí, como viento fuerte...
Sin poner resistencia, sin rumbo, solo el placer
De saberte mía, como lo es la espina de la rosa.
Tu llegada a mi vida.