Mi boca de metal ha de fundirse
en el bosque incendiado de tu vientre
mis manos andarán por tus llanuras
hasta escalar montañas sorprendentes.
En el grito de placer de tu inocencia
amor, pasión, alcanzarán el paraíso
germinará, lo sé, tu fertil tierra
y el fruto que dará, será mi hijo.