Tres alegres libélulas
juegan con una rana
juntas las tres incrédulas
ansiaban que ella volara.
La ranita solo saltaba
queriendo alcanzarlas en el aire
y por más intentos que realizara
no pudo volar esa tarde.
Las libélulas beben en la charca
y vuelan rápidamente
luego dicen adiós con sus alas
y su amiga rana las despide sonriente.
Alejandro J. Díaz Valero