De todas las travesuras que yo hice
solo me acuerdo de una muy pasada
solo bastó una para que mi amada
supiera lo mucho que yo la quise.
Hoy, mi corazón a ella así le dice:
aunque ya no hay entre nosotros nada
muy dentro de mí tú estarás atada
y en las cuerdas de mi voz, quizás, te ize.
Quizás te pueda olvidar en mil años
o, quizás, de ti, yo; nunca me olvide
eso con el tiempo lo he de saber;
Espero que mi Dios siempre te cuide
y que te de fuerzas para los daños
golpes en el corazón que han de haber.
Autor, Jareth Cruz