Elim

Tercero sobrante

Soy el verso que respiras en silencio

la palabra que temes dibujar en tus labios.

Eres el verso que llora avergonzado

escondido en su habitación, la más triste poesía.

Somos los dos, marionetas de la sonrisa mordaz

de esta vida caprichosa y extraña que se divierte

destrozando a patadas las rosas.

Soy tu mal hábito de volver a marcharte

con el deseo de quedarte aquí conmigo sin saber.

Eres la canción que canta sin letra

ya nada nos queda por decir, sólo restas como

melodía fugitiva que se resiste a morir.

Somos tú y yo eterna despedida de besos y agonía

pretendiendo olvidarnos un momento de ella.

Pero es ella tu enojo y tu risa, piel que te gustaría invadir

con la pasión que en mi cuerpo encuentras de sobra.

Al final, seré recuerdos del pasado, fantasías de tus amaneceres,

primer punto a tratar en tu siguiente vida.

Será ella la aguja delgada y fina que definirá

en su mandato los segundos de tu necia existencia.

Serás sonrisa interrumpida, la pausa antes de gritar

otra dolorosa promesa a olvidar.