Despierto con los versos en mi cabeza
intentando armar con ellos alguna pieza,
que quizá lleguen a un lejano corazón
endulzandolo como una bella canción.
Uno a uno van llegando a mi cabeza
para comenzar a formar un poema
que indique lo que éste corazón siente,
que todo es verdad y nunca miente.
Y los versos llegan de manera incesante
para que todo lo sentido pueda expresarse,
y aunque me despiertan en el frío amanecer,
no puedo negar que escribirte es un placer.