Recuerdas “la vida en un sorbo”?
las horas que estuvimos,
creyendo que fueron segundos,
hablamos y reímos,
desapareció la gente,
nos besamos atrapados
en ese inigualable ambiente.
Tus ojos eran mi faro,
tu sonrisa mi estrella del norte
y tu dientes,
las perlas que llevo pendientes
por siempre en el corazón.
Me contaste de tu vida,
yo de la mía,
pero mas que la charla fue
la música de fondo,
la luz tenue
tal vez, lo que no
me hace olvidar esa vez,
tan bohemia.
No era algo romántico,
entre tu y yo,
no había compromisos emocionales
ni ataduras existenciales,
solo éramos lo que fuimos,
que aun no se como definirlo,
pero fue algo real,
no hubo poemas
ni regalos,
no había que esforzarnos
por ver quien era, de los amantes,
el mejor.
Por eso no te olvido,
por todo eso que hace
a lo que vivimos
un recuerdo divino.
Ni siquiera recuerdo el año que corría
pero se me quedo grabada tu sonrisa
que no olvido como no se olvida
a la mas tierna brisa,
se me quedo indeleble como un lunar.
Siempre has sido bello, bello,
piel de porcelana,
suavidad inmaculada,
es tu belleza sin par.
Sin duda que fue tu compañía
lo mejor en el lugar,
no me acuerdo del sabor
que tenia aquel café
pero tus labios
sabían a viento,
como el de la montaña,
besos salvajes,
como éramos los dos.
Ese es el mejor de mis recuerdos
tu, estarás siempre
disperso
en el país de mis anhelos