marco augusto

Lucha

Los gatos,

con asombro,

 me observaban,

cuando ella,

por  el cielo transitaba.

Mientras yo en sus pechos,

cautivado,

me ausentaba.

Nunca hubo repuestas,

pero a mí,

se me escapaban,

raudas las miradas.

Sentí que me vencía

y me defendía,

con la espada sin filo,

de mis miradas.

Ella ausente,

de mi, ni se enteraba,

y sacudiendo con soltura,

su suave pelo negro,

se marchaba.

Volaba por su cielo,

sin entender,

que me pasaba.,

Muchas veces resbalé,

desde los pináculos

de su espectacular figura,

y me golpeaba con furia,

la frialdad,

con que me ignoraba.

Algo sabían los gatos,

que yo ignoraba.