Pintaos de adultos como niños,
que la unión haga milagros,
que vuestras caratulas
no azoten a la madrugada...
blandir esa chifladura
que os nutre de fantasías en ese enlace.
¡Que los zurdos florezcan
De las “madrazas de tabla”!
Majar los recuerdos
con el bufón y la esfinge
como se lastima a la bondad
quemándola con leña.
¡Ay, de aquellos lucidos
que edificaron sobre la niebla
su castillo cosmopolita...
porque lloriquearan por los sonrientes!
Casarse los apresurados
antes que llegue el silencio
flemático y monótono,
porque, al menos, el golpe
será menos doliente...
Otro día llegara...
En el que escriba una elegía
por “un amor” muerto.
ANTONIA CEADA ACEVEDO