Tomo el libro en mis manos, lo sueño,
trato de asimilar el pensamiento del autor,
es acerca de la naturaleza humana, la esencia.
Una leve lluvia solitaria navega en mi mente,
las ideas se convierten en nubes lógicas
que construyen el infinito más allá del tiempo,
se escapan como cascadas delirantes
que se llevan todas las flores; así, de repente
se esfuman en silencio poco a poco los nombre
y te queda entre las manos un mundo desafiante,
sin color, sin tamaño, todo lo creamos
y le damos una vida que no existe,
porque lo que tocamos está ahí, vacío
sin propiedades, esperando desaparecer
como se desvanecen las fantasías de los niños.
La existencia es un tornado en el tiempo,
una ilusión fantasmal en el océano azul,
quisiera que mi castillo durará una eternidad,
pero cada paso es una huella que se olvida,
cada palabra es un sonido en la oscuridad.
El mundo es lo vivido detrás de mis ventanas,
ahí cada beso se convierte en fuego de amor,
ahí sufre, ama, llora el alma iluminada.
En la conciencia escondida en las entrañas
el universo sale a la luz,
es una luna pálida, fascinante, solitaria
tocamos, sentimos lo que es exterior,
el otro, las cosas son extrañas, ajenas
perteneciente a otro universo,
distinto a todo lo que soñamos,
nuestro hogar lo imaginamos bello,
como una lágrima en la arena,
que sin lógica ni razón
te siegan y te encadenan.