Siempre escapas de mis manos,
Cuales peces huyen de la red;
¿Qué le pasa a su merced?
Que ya no goza de mis besos cotidianos.
Yo sigo de esclavo a tus pies,
Cubriendo de versos tu alma,
Pidiéndote que me tengas calma;
Por ti me impelo como milpiés.
¿Será el amor así de cruel?
Si te doy miel, me das hiel,
Si te soy fiel, me eres infiel;
Caro es el amor, pago tributos y arancel.
Meditando he comprendido,
Que me has sacado de tu corazón,
Por consiguiente se te murió la pasión,
Dejando mí ser abatido.
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