Sola y deshabitada se encuentra mi alma
En este sitio vacío
Lleno de especulaciones,
Mi corazón gime de frío
Mis ojos lloran de desasosiego
Mi mente se desencaja de la realidad
Y poco a poco siento la muerte
Susurrándome al oído:
“Dentro de poco serás rotundamente mío”
Mis ojos se desgastan cada vez más
Y mis lágrimas se agotaron ya,
Tú, soledad serás mi única consejera,
Tú. Soledad serás mi reina.
En el cuarto frío de mi corazón
El amor desapareció,
Se transformó las noches de pasión
En un espectáculo de terror,
Tus besos se volvieron
Picaduras de serpientes;
Y todo tu amor se convirtió
En un profundo dolor y sufrimiento
En el que mi alma fue la protagonista
De esta tragedia,
En la que mi corazón soporto
Arduas penas,
Y en la que mi ser recalcó
La dura realidad de vivir en este mundo de soledad...
Derechos reservados: Iván Enrique Velandia Larrota