\"La persona más importante del universo eres tú\"
\"La persona es el centro de la vida,
es la verdadera razón de los derechos humanos\"
\"El rostro de cada persona es un llamado a la más alta dignidad, somos imagen del Creador\".
*
Elena tiene menos de veinte años,
tal vez desconozca el esfuerzo de los humanistas
que elaboran libros de luces
y conceptos preciosos sobre la mujer del milenio.
**
Elena llega al cuarto sucio,
escupe en un rincón,
enciende un cigarrillo,
despide al viejo amigo,
acepta billetes sucios, arrugados,
descansa un poco,
se levanta, se lava el rostro,
aprieta un botón,
una luz verde como la bella naturaleza
anuncia al exterior
que ya puede pasar
el otro cliente,
tal vez un obrero,
un borracho de tantos,
viene a dignificar el rostro de la mujer,
la dignidad del nuevo milenio.
***
Ella conoce al nuevo cliente,
cree que lo ha visto antes, no recuerda,
no es como los obreros de siempre,
parece un niño bueno,
de los que dejan propina,
¡Ah, ya se acordó!,
\"el novio de una amiga\",
un estudiante universitario,
\"¿Medicina, Leyes...?, ¡Sí, Leyes...!\"
****
Elena se desnudó, sin amor, sin pasión,
nada fue especial, la luz era amarilla,
sin intensidad, sin sonidos, sin palabras,
todo terminó como empezó, sin humanidad.
*****
Aquel joven se fue tarareando náuseas,
satisfecho de lluvias grises,
esa nada existencial, quedó solo,
sin nada que ofrecer,
escribirá un ensayo,
para hablar de justicia popular,
del amor a los más necesitados.
******
Elena cuenta el dinero, no le fue mal,
tal vez pueda desayunar,
comprar un litro de leche, algo de comida,
llegará a la casa, saludará a la anciana,
dormirá algunas horas, se bañará,
saldrá de noche a buscar entre los muertos
las sobras de rostros humanos,
llega al cuarto, toca el botón,
la luz verde,
se sube a la cama.