Vuela cual gaviota,
a merced del viento
llevando en tus alas,
el duro lamento.
Vuela con premura,
que llega la noche
refugiate ahora,
de la tempestad.
Más en la guarida,
segura y oculta
espera la dicha,
de tu despertar.
Duermete y descanza,
apoya tus alas
que pesadas quedan,
por tu largo andar.
Emigra en el alba,
cantando auroras
hacia el rumbo nuevo,
que te han de llevar.
Y así en la mañana,
por sobre los mares
elevate al cielo
para que al volar,
guarde tu memoria
el tíbio refugio,
que en la noche fría
te dejo soñar.
Sil.