Silvia Abalo

Refugio.

Vuela cual gaviota,

a merced del viento

llevando en tus alas,

el duro lamento.

 

Vuela con premura,

que llega la noche

refugiate ahora,

de la tempestad.

 

Más en la guarida,

segura y oculta

espera la dicha,

de tu despertar.

 

Duermete y descanza,

apoya tus alas

que pesadas quedan,

por tu largo andar.

 

Emigra en el alba,

cantando auroras

hacia el rumbo nuevo,

que te han de llevar.

 

Y así en la mañana,

por sobre los mares

elevate al cielo

para que al volar,

guarde tu memoria

el tíbio refugio,

que en la noche fría

te dejo soñar.

Sil.