Sobreviví a la guerra,
a las brujas de noche,
a la sombra
de decesos recién cicatrizados
sobreviví al cristal que se clavaba en mi espalda y a los besos
de novias ilegítimas
sobreviví a los miedos,
a las salas de espera
y al silencio que esconde las promesas más rancias
pero no he conseguido resistir al verano que destroza mis vértebras,
no he sabido aguantar a los políticos
que llevan antifaz,
ni a los días pagados,
ni al farsante de siempre que recita
con palabras de mármol
por eso escribo así,
por eso digo
que contener el llanto me hace daño en los ojos,
que estoy harto
de ser un trasto más de los muchísimos
que enfangan los desguaces.