Ese hombre cotidiano
tan común y tan corriente
semejante a los demás
y diferente a mucha gente.
Ese hombre tan valiente
acribillado a balazos
me ha robado el corazón
para recomponer sus pedazos.
Ese hombre soñador
me colma de fantasías
y tomada de su mano
recobro mis alegrías.
Ese hombre que en invierno
me envuelve con brazos y cuerpo
y se pierde en mi mirada
para adivinar mi silencio.
Ese hombre tan soberbio
tan tenaz, austero y tierno
desgarra mis gemidos al cielo
cuando se funde con mi sexo.
Ese hombre que al mirarlo
me devuelve cosquilleos
de los pies a la garganta
haciendo temblar mi cuerpo
y el corazón aturdido
me quiere salir del pecho.
Ese hombre inteligente
que bella prosa me declama
me agita los sentimientos
hasta escribírselos en estos versos.
Ese hombre perdido por el mundo
que yo buscaba sin encontrarle
tocó a mi puerta después de tantos…
le dejo entrar,
porque ha llegado para quedarse.