(esperar 25 segundos de la música para leer el poema)
De la nada o tal vez desde el dolor,
de un lugar como ese, ahí comenzó,
creció en magnitudes de luz veloz
ahuyentando oscuridad que murió.
Superficial en ese lecho de tibieza
la única caricia dada fue capacidad
tan ardiente como infierno sin pena
para descongelar el frío sin soledad.
Movedizo pero constante cada ritmo
hacían suaves marejadas por placer;
flotar sobre el agua que mojaba sitio,
el cuerpo tendido incitaba más querer.
Tal vez un beso por extrema pasión
resulte la de su boca ser lo que caló
hasta volver paraíso una seca visión
dando vida con colores de Van Gogh.
Pero seguro imposible exista certeza
porque lo indefinible no puede tocar
de ser, aunque seguro con simpleza
lucida por lo femenino, es fiel amar.
Muestra necesaria de tanta vivencia
que transformó en celestial ser vivo;
ahora soy sangre, vida, consistencia,
difundiendo por este amor lo divino.
Vito Angeli