LO QUE ES
Pobres almas de aquellos muertos en vida,
que vagan por la luz sin poder ver el dia.
Pobre de mi y mi frustrada huida
que, sin saber, abrió una nueva herida.
Abandonar todo lo que queria
sin recibir algo a cambio.
Quien amó sabe de heridas
pues el amor no es falso.
Quizas no importe que me hayas herido,
yo te amo tanto como me odias.
No hay perdon que no sea divino
pero mas lo es quien perdona.
La rareza inexplicable de una noche ambar,
la caída indefinida hacia el propio interior,
el brillo del alma opacado por la nieve blanca
y el pecado no perdonado del arrepentido.
Pablo Ariel Paez Vega