Todos me aplauden, "escribe un poema bello",
y salen de mis ansias los versos más sublimes
"Las flores de tu mirar me acarician
con su aroma entre mis labios
como las nubes que al viento suavizan
con las aguas que beben los sabios..."
--Sigue, poeta, con tus versos florecidos.
Sin embargo, mi corazón sigue sin fuerzas,
son palabras vacías que no dicen nada,
me siento como la burla de una pancarta rota,
como si mis letras fuesen mentiras..
--Claro, amigos míos, escuchen lo que sigue:
"Cuando pienso en tu silencio de mujer
es el mundo que se detiene en mi cielo
es así que te sueño y pienso, mi ayer,
mi hoy, mis días que tanto anhelo".
Todos apluden, hay una doncella que llora,
un joven que repite mis palabras.
Yo no creo en lo que digo, mis manos se detienen
para mirar el cielo transparente y ajeno,
es como si el tiempo perdiera la razón
y el canto de las aves ya no existiera,
quiero correr hacia la nada, quemar los libros.
Pero algo me impulsa y deseo que me aplaudan:
"Te busco vida mía en el aire que respiro,
en el verde absoluto de la hermosa primavera
yo, tan sólo te canto y te pido,
que me beses con tu amor por vez primera"
Una niña linda como el amanecer
se acercó con un ramo de rosas.
Me felicitaron, me dieron una placa de cartón,
unas cuantas monedas y el nombre de poeta.
Aquí estoy trazando una línea infinita
en mi viejo libro de hojas amarillas,
tal vez la trompeta de los aplausos
inspire para todos los verdes poemas.