clonariel

MEDITACIÓN DE LA ROPA TENDIDA

Blancas cartas escritas

 

con tintas del aire,

 

con florecidos soles,

 

corren en la sed del día

 

hacia la telaraña de acero

 

que el patio les teje.

 

 

Población vaporosa,

 

naciente como aliento

 

de pinos, de cerros,

 

de perfumadas nieblas.

 

Es torbellino albo

 

que trae tintineando

 

algodón sonriente.

 

 

Ah… maternas manos,

 

enjambre fragante

 

de vestes antiguas y cielos,

 

amanecidas en brisas.

 

Mi niñez germinaba blancura.

 

Trenzo húmedos colores…

 

 

Secos olores, alargados,

 

mis años, de los que aún

 

lamiendo sigo,

 

dictan su espiral de hilos

 

y estrujan mis nostalgias.

 

 

De polares sombras

 

mis telas memoriales,

 

callan y descienden.

 

Manan del telar supremo.

 

Conocen de limbos

 

y prados envolventes…

 

 

Mariposas de seda,

 

tatuajes de rosas. Tiembla

 

mi pecho en cadencias…

 

Con invisibles hebras,

 

algún día, telas, bajareis

 

conmigo al ciego abono…