Isaac Amenemope

VENEZUELA...(trĂ³pico de acuario)

Mira la luz en esas copas

 son como el agua

 que falta para las algas en el cielo,

 son al otro lado del mundo

 el útero inmaduro hinchado interiormente de sueños.

 

Cuanto he visto

 como a través de una vara de mercurio

 como anzueleado en la garganta

 por un tornado de respuestas

 que hablan de la desesperación

 muda e inconfesable

 

de personas que amoldan una fuerza

 que les sirva para volarse la cabeza

 de personas que se juegan la cordura a volverse la piel

 de almas fundidas a una cadena de cosas

 que envejecen al segundo...

 

Cultura de la tranquilidad

 en la que nadie está bien

 y en la que todos somos pasto

 de una inquietud hundida bajo montañas de hojas

 bajo castillos de nieve y médanos de azúcar.

 

Trópico ambiguo

 de citadinas selvas

que las miradas sedientas

 de niebla y de coral

 empujan hacia el ocio y la embriaguez.

 

Carreteras frondosas

 que ascienden hasta la copa lírica

 de la nostalgia trasnochada.

 

Faldas vírgenes

descienden por los muslos de una naturaleza ardiente

 poblada de bachacos arañas y serpientes.

 

Ríos matinales que llevan las canoas

 destierro civilizado en dirección del desconocimiento

sostenido por aros de oro y cruces de bambú.

 

Cercos de petróleo y ánforas de coco

 lianas de cedro, de maitín, de roble, de nogal y de eucalipto.

 

Escenas religiosas que nadie ve

 chamanes que nadie toca

 

baño despojo bajo la cascada

 signo vulgar silbido de indio resucitado

 cuerpo de mestiza

 injerto de manzana

 pestaña suelta

 espuma.