ALVARO J. MARQUEZ

LA REBELIÓN DE LAS LETRAS

"Nos faltan vocales y consonantes/ para poder describir el amor,/ se escribe igual que antes,/ pero a tu lado se siente mejor".

 

Por momentos no se veían en mi teclado,

parecía que de pronto se habían borrado

o no sé, pero en verdad no las podía ver.

Quería escribir o describir cómo ha sido

el proceso para que al fin llegue el olvido

y deje ya de importarme tanto tu querer.

 

Quise darle inicio a lo que sería mi poema

y me topé con este raro y peculiar problema

de no tener los instrumentos para escribir.

Justamente, qué casualidad, me faltaban

las letras exactas que en sí conformaban

todo aquello que justo hoy quería decir.

 

Que te olvidé, que no te extraño, no te pienso,

que ya no me ataca la angustia ni estoy tenso

por no tener desde hace mucho noticias de ti.

Que estoy fuerte, que cualquier dolor aguanto,

que no es ese amor que antes me quemaba tanto

lo que ahora arde sin cesar muy dentro de mí.

 

Pero no hallé las letras necesarias para armar

unos versos simples pero sinceros para gritar

que ahora para mí todo se siente muy diferente.

Que veo amanecer de otro distinto color el día,

jurarte que no es nada cierto que te amo todavía

como sé que por ahí murmura tanto la gente.

 

Se me escondieron casi todas las vocales,

como si para ellas no fuesen muy reales

todas las palabras a las que ahora me refiero,

yo no miento y eso lo sabes muy bien tú,

sólo aparecían la e, la i, la o, la t, la r y la q,

como si yo pretendiera escribir que te quiero.

 

El resto de las tan vagabundas consonantes,

esas mismas letras muy amigables que antes

solían acompañarme en cada verso de los míos,

ya no aparecían y yo no podía entonces definir

y el poema que esta misma noche debía salir,

se me quedó en el tintero con los versos fríos.

 

Te iba a decir que conmigo te equivocaste,

si acaso segura en algún momento pensaste

que no te olvidé ayer, ni hoy ni será mañana.

Sin embargo ya ves, de verdad tuviste suerte,

te iba a probar que ya he dejado de quererte

y a las letras taimadas no les dio la gana.