Desataste tu pasion sobre mi,
cual tormenta se desata en el rio.
Me dejaste cabalgar en tu vientre
hasta perderme en el delirio.
Así pasamos aquellos días,
aquellos pocos días que pasamos juntos.
Tres días de pasion,
de consumir deseo convirtiendolo en placer.
Tres días duro el amor.
Y finalmente llego el adios.
Nuestros cuerpos temblando de cansancio
y los ojos envueltos en llanto,
por la despedida...
La pasion paso a ser dolor,
y el deseo esperanza.
Esperanza de que el encuentro se repita,
y que tu amor sea para toda la vida.