Mujer.
A ti sola, en cumplimiento
A una promesa no hecha,
A una responsabilidad
Jamás aceptada, a un trabajo
No remunerado.
Pintar una sonrisa en tu rostro
A la niña de San Juan de Colon
Mujer que te pierdes caminando
Entre el bullicio, tus pensamientos
Son firmes cimientos de audaces
Alcatraces.
Mujer que en tu paso
Firme tejes redes
Con hilos infinitos de inquietudes
Y certezas
Mujer tu boca hidalga se dirige hacia más allá
De tu ser, se eleva por encima de los arboles
Que crecen en tu casa.
Mujer cuando hablas los truenos se callan,
La brisa se detiene, el sol se apaga.
Tus silencios soportan el peso del mundo
Somos esclavos de tu mirada
Mujer has practicado un eterno compartir,
Acto simple de magia. Tus abrazos
Son tan íntimos claros ejemplos
De estrechos muros, de zigzagueante
Caminos.
Mujer el amor esta recostado
A tu silueta, poco a poco deshilachas
El vestido de la tonta rutina marina.
Mujer sabes cambiar los rumbos mundiales
Rompes de un salto el vacio estelar
Sabes borrarte en silencio y ocultarte
En la luz blanca que se asoma por tu cuarto
Mujer te rodeas de sabios, dementes
Feroces cazadores, ángeles, titanes, unicornios,
Seres mágicos y aun no pierdes tu realidad
Aun eres firme, intocable e impalpable.
Mujer tu armonía es promisoria
Tu compas : lento y seguro son
Elocuentes figuras manejadas por un
Constante goteo de agua del cielo.
Mujer que en la llanura nocturna
Recoges la luz, que en las selvas nubladas
Cosechas perfumes. Tu boca es un misterio
Es la semilla que no seca.
Mujer tus pasamientos valen más que un
Pedazo de mundo, tu disciplina es necesaria
Para encontrar el oro escondido en el sol.
Mujer en tu ternura hallan recinto
Los brotes de las flores. Tu cabeza de fino lino
Se vence hacia los lados, con una simple caída
Se levanta relampagueando hilos por todas partes.
Mujer la blancura de tu piel, es lo más bailable
Donde la celebración eterna, hace su hogar.
En tu piel se esconde un relicario, de perlas
Como no atraparlos de un salto
Guardarlo en cofre y ocultarlo en el cielo.
Mujer tu dulce acento semeja
El rumor sonoro, de una suave lluvia
De oro, sobre un campo de cristal.
Ese tono, simple lo hace evidente
Son tan vagas las melancolías
En tus días, son lejanas
compañeras de viaje.
Mujer infinita, mujer de hoy
Mujer de plata, mujer de pan
Engendras tu universo, recorres las
Puertas del cielo. Mujer que admiro
Mujer que quiero. ¡Mujer!