A lo lejos se puede ver llegar
a aquella roca que flota y ahora baja.
Su incesante sonido rompe cristales,
y crea nubes en todos lados. Hacia mí...
Quiero valor, siempre pude. Ahora no.
De hecho, ya no vale la pena. Está aquí.
Como si hubiera oído mi tristeza,
éste sale de la fortaleza. Sonríe
(no le veo, pero lo sé. Lo siento).
Soberbio. Inservible. Cansado. No combatiente.
Quiero creer. No mejor no. Ahora lo veo.
Supongo que camina. No creo que pueda volar como yo.
Si es que soy un maldito, por algo ha de ser.
"Mira hacia fuera, donde tus ojos no pueden ver"
¿Cómo... cómo puede ser posible eso?
"Quiero que mires, no que veas".
Entonces, es ahora o nunca; ella viene a casa.
Èl ordena, yo sigo su camino. Sé ahora...
que el final de éste, es destrucción. No importa.
Tal vez sea muy complejo para mí.
Él ordena. yo cumplo. A ciegas lo hago.
Hace días que mis pies se mueven sin pensar.
No había pensado(más bien, intentado) mirar atrás.
Él se fué. Nisiquiera lo había percibido.
Estoy a punto de llegar. algo se ve.
Al llegar, hay un caja, que puedo hacer?
Una caja con una gema incrustada;
en el centro, una llave, una tentación.
Tentaciçon, la cual me lleva al Origen.
Tomo la llave, lo que no importa.
La observo y no parece extraña,
excepto porque tiene dos letras.
Dos letras inconfundibles para mí.
A nadie diré cuáles son.
Bueno, en realidad no me refiero a todos.
A quien pregunte, os diré.
Creo que es hora de marchar.
Me llevo la caja, que en cara
hacia afuera, sonríe color negro.
La gema pide que bajo su sonrisa
inserte las letras.
Lo haré después, porque ahora
debo ir hacia el punto de Origen,
punto de reunión, donde todo empezó.
Salen alas de la caja, raíces de mi pecho.
Dolor ajeno. Cautiva ilusión.
Mira la luz que ilumina mi rostro;
y ahora me hace ronreir, a tí un poco más.
Voy hacia Origen, me lleva Tentación.
Cubro mi caja, ahora es mía, Ahora, ahora diez veces.
Puedes contarlas ahora.