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¿Al hacerte Dios de nuestra costilla
se habrá preguntado con el hombre
cuanto tiempo tardaría ver la orilla
los mortales que ansían tu nombre?
Sin querer te transformarte en querer
de inspiraciones, de odas y pasiones,
del sufrimiento que nutre el fenecer
cuando niegas a tu amor sin razones.
¿Quién sería suficiente en tu mundo
lleno de misterios y mares ignorados
lograr navegar fronteras de tu oscuro
vestido de siluetas con un sol dorado?
Mas acercarse a la fragilidad femenina
también es avistarse fuerza reprimida
que convive como rosa con las espinas
enseñando que no es tan frágil su vida.
¿Llevará un noche de calma escucharla
o un día en libertad para de ella saber?
Su misterio me dice que solo el amarla
será lo necesario para cuidarte, mujer.
Vito Angeli