(Homenaje a Tomás de Iriarte)
“Guarde para su regalo
esta sentencia el autor:
si el sabio no aplaude, malo;
si el necio aplaude, peor. “
Tienen las obras humanas
la virtud del corazón;
prosperan con la intención
en sus formas cotidianas.
Aunque alguna nazcan vanas,
otras crecen con buen halo.
Se pretende obviar lo malo,
más se busca que un buen verso
el libro del universo
guarde para su regalo.
Todo va en la poesía
y el verso es parte de todo;
bajo un nombre o un apodo,
en su anónima autoría.
Convive en la biografía,
el poético valor.
- ¡El verso solo es mejor!
Sin la pizca de un alarde,
para que por siempre guarde
esta sentencia el autor.
Cuando el verso cobra vida
se hace palabra elocuente
y se convierte en nutriente
de la mente complacida.
Poesía difundida
llega a todos, cual regalo.
Al ocurrir su recalo
se escucha el latir ajeno;
si el sabio te aplaude, es bueno
si el sabio no aplaude, malo.
Triunfa el verso cuando obtiene
el aplauso popular;
un torrente es su brotar,
caudal que no se detiene.
Mas, mirad de dónde viene
la palmada y su clamor,
porque no siempre es valor
el aplauso conocido;
malo es no ser aplaudido
si el necio aplaude, peor.