clonariel

SONETO DE LA LLUVIA

Vienen, van aguijones sueltos

cayendo en el espeso octubre.

Tormenta de impetuoso gris,

cáscara cristalina, ojos minerales.

 

Voy, vengo; llegas, caes lienzo

azul sobre la vida agazapada,

cantas con el destello del agua.

Traes viajes, marcas violines…

 

Espero en llamas vespertinas

o reclinado en baúles nocturnos.

¿Quién come tus dedos-cristales

 

y no siente infinitamente tu alma?

Llegas con agonías imprevistas,

caes en talismanes divinos.