Percibo tu sonrisa pícara y brillante,
asomandose a mi ventana;
salpicas..te insinuas,
con humedades perfumadas,
apareces lucerito de la mañana;
arropado de tibiezas rosadas.
Siento el paso doblado...
¿Son las ascuas del camino...dime,
incandescentes hastios que dejo el verano?...
... ¿quizas son los remolinos que arrugan el río?,
¡míralos perderse en el crepúsculo lánguido y amarillo!.
Ven,¡ cobíjate en mi seno!,...
¡ descansa!
Déjame alisar los tejidos doloridos;
se relajan suavemente arrullados por plumas de seda.
¡ Levántate, toma mi mano!,
cabalgaremos en corceles blancos alados;
empujados por los vientos serranos;
subiendo alto, más alto.
Merche DemBar
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