BUSCABA EN EL TESORO DE MIS SUEÑOS
Buscaba en el tesoro de mis sueños…
con la ambición de ver que poesía
y rápido hurgue en mis adentros
encontrando sorpresas y alegría.
Encontré en mis sueños una tarde clara,
llena de música y melancolía,
en que las aves tejían con su canto
mi alma ya vencida por la vida.
También hallé un ocaso tierno,
y el día que en mis pestañas adormecía/
el mar que sin quererlo acariciaba
al sol que al horizonte se tendía.
Un manto de neblinas y de sombras,
y una calma nocturna y quieta brisa,
envuelta entre murmullos y misterios,
en magia, en estupor y fantasía.
Luciérnagas prendidas en la noche
equidistantes y en cierta armonía,
formando así caminos de luceros,
avenidas de luz en las colinas.
Un árbol cuya copa asciende al cielo,
secuoya roja con ramas extendidas
donde me siento a hablar con las estrellas,
y a deshojar la luna en sus aristas.
Un lago inmenso donde me zambullo a veces
y nado entre las algas y las lilas
para limpiar mi espíritu de impurezas,
del ego, vanidad y la mentira.
Allí en mis sueños tengo un arco iris
para los días de lluvia invertida,
y me deslizo en él como un pequeño
regando versos en mi travesía.
Encontré un universo paralelo
donde la realidad no es fantasía,
donde las aves nadan, los peces vuelan
y el cielo son ciudades bien bonitas.
El árbol de la vida vi yo en ellos,
seres de apariencia al amatista,
con ojos de esmeraldas y de diamantes,
y plumas que volar les permitían.
Un mundo de alegría, un mundo bello…
diferente al lugar donde vivía,
y quise yo quedarme allí dormido
Soñando eternamente por la vida.