¿Son paraísos perdidos
los sueños que uno se forja?
Son muy fuertes y están vivos…
Dime tú dónde se alojan.
¿Donde las playas del mar
con el rumor de las olas,
entre espuma, arena y sal,
con notas de caracolas,
que cantan felicidad
por estar tú y yo a solas?
¿O es en las calles perdidas
de esos pueblos centenarios,
cuando respiramos vida,
paseando de la mano,
donde la historia se anida
y nos revela el pasado?
Yo probaré la manzana
de tu árbol prohibido,
despertando en la mañana
en tu eterno paraíso.
Hay tantos sitios recónditos
en que poderlos hallar…
Hay que tener el propósito
de quererlos ubicar.
Siempre los encontraremos
donde quiera que vayamos.
Los paraísos son sueños
para vivirlos… ¿Soñamos?
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