Dos florecitas hermanas
nacieron y crecieron juntas
bajo el tibio sol de la mañana
y en las frescas tardes de lluvia.
Juntas con abierta sonrisa
en cada nuevo amanecer
con su fragancia exquisita
nos mostraban su querer.
Dos florecitas hermanas
amigas del mundo entero,
si le llevas una a tu amada...
¡Lleva la otra también, jardinero!
Alejandro J. Díaz Valero