Dibujaré quimeras
mientras existan letras
que puedan viajar
en la brisa mañanera.
Pintaré estrellas
que llamen tu atención
y a tus ojos
pueda sujetar a mis antojos.
Plasmaré sueños
en el cielo de tus anhelos
y la luna será testigo
del despertar de nuestro deseo.
Y el segundo será eterno
cuando el idilio de nuestras almas
sea consumado
en el vaivén de nuestros cuerpos.